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Hoy en día la evidencia epidemiológica y experimental disponible pone de manifiesto que los hábitos de vida y particularmente los hábitos dietéticos, tienen una influencia directa en la calidad y expectativa de vida.

La alimentación es uno de los pilares fundamentales en los que apoyarse para la prevención de enfermedades crónico-degenerativas más prevalentes en la actualidad y que merman la calidad y duración de la vida. Dieta y actividad física juegan un papel estratégico en la prevención de patologías de carácter crónico que constituyen verdaderos problemas de salud pública en países desarrollados.

De este modo los hábitos alimentarios inadecuados ( por exceso, defecto o ambos), se relacionan con enfermedades cardiovasculares, algunos tipos de cáncer, anemia, diabetes, osteoporosis, entre otras. Hoy en día disponemos de herramientas como los test genéticos predictivos que, analizan la predisposición genética que tiene la persona sobre la forma de asimilar los alimentos y sus hábitos de vida, aportándonos recomendaciones para elaborar una dieta saludable y personalizada.

Una alimentación equilibrada y variada que aporte los nutrientes necesarios, favorece el mantenimiento y la recuperación del organismo. Así, es necesario suministrar a nuestro organismo las piezas necesarias para mantener la maquinaria perfectamente activa, ya que, nuestro cuerpo está en constante renovación, proteínas, células sanguíneas, tejido muscular, cartílagos…

La fisioterapia a grandes rasgos tiene como objetivo, facilitar el desarrollo, mantenimiento y recuperación de la máxima funcionalidad y movilidad del individuo o grupo (prevención, curación y/o paliación de los problemas musculoesqueléticos), por tanto tiene un campo de actuación muy extenso, donde la nutrición puede ir de su mano para mejorar la salud del paciente.

Ejemplo de ello lo tenemos en lesiones del tejido muscular, donde una intervención nutricional paralela a la fisioterapia, con un balance energético adecuado, una adecuada hidratación, un correcto aporte de vitaminas y minerales, un aporte de hidratos de carbono suficiente y el aporte de proteínas de alto valor biológico intervienen de manera importante en la recuperación de lesiones musculares.

También en diabetes, en obesidad, en el tratamiento de la artrosis… la fisioterapia y la nutrición van de la mano.